valiosos los días que en el recuerdo están,
ya no hay nada ahora, ni ya nada habrá...
siempre rebuscando en el fondo del lago,
empachando al hambre... a lo que
aspiramos...
sintiendo que tarde o temprano sucederá,
algo grande que nos dará de que hablar...
a pesar de que no lo creamos, ni lo
creeremos:
la fórmula de todo, es sólo que
arriesguemos.
cuando la bella música que orquesta un
corazón,
se torna ruido eclipsada con la razón,
es el sano equilibrio entre cielo e
infierno,
dolor gozoso que cuidará de nuestro
sueño...
es el gran viaje hacia lo que envuelve la
vida,
la búsqueda omnipresente con seguras
caídas...
apostando a ciegas, fieles a nosotros
mismos,
dejándolo todo, con todo en los
bolsillos...
es el camino de piedras entre la oscuridad,
en el cual la sabia experiencia nos
iluminará,
en la línea de salida donde empieza lo
eterno,
en la línea de meta, donde se acaba el
tiempo.