Abrigándome del Frío
a la mitad de un pulso el comienzo,
de aquella magia vestida de purpurina,
dejando el brazo tonto por un beso,
de la mano nos tiramos a la piscina...
la que me miraba y me decía,
que mi esencia era tan enorme...
siendo mi sombra en el día,
siendo mi arropo en la noche...
abrigándome del frío,
de un calor apagado,
abrigándome del frío,
de un sol abandonado...
pero un rasguño en nuestro espejo,
desmaquilló mi esencia en un seísmo,
deteriorando mi imagen en tu reflejo,
tu bondad se convirtió al egoísmo...
mientras "siempre" sonaba a
mentira,
y "jamás" parecía algo verdadero,
contemplando estrellas muy arriba,
echando de menos tus "te
quiero"...
abrigándome del frío,
de un calor apagado,
abrigándome del frío,
de un sol abandonado...
me hice invisible en tu mundo,
pero para el resto era visible,
como una santa sin rumbo,
respetando lo incomprensible...
y siendo valiente te pedí el favor,
de que apartaras tu incapacidad,
de respirar y de oler de mi amor,
pues menos de nada podías dar...
abrigándome del frío,
de un calor apagado,
abrigándome del frío,
de un sol abandonado...
y desde mi contratiempo ante todo,
recordarás la distancia entre quien,
quiere a uno y quien ama al otro,
para a los dos ejes mantener en pie...
abrigándome del frío,
para un calor reavivado,
abrigándome del frío,
para un sol reencontrado.
abrigándome del frío...
(“Frío”, Jarabe de Palo)
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